Reflexión del Papa Francisco
La suciedad del corazón no se quita
como se quita una mancha:
vamos a la tintorería y salimos limpios…
Se quita con el «hacer», tomando un camino distinto,
otro camino que no sea el del mal.
¡Aprendan a hacer el bien!
Es decir el camino del hacer el bien.
¿Cómo hago el bien? ¡Es simple! "
Busquen la justicia, socorran al oprimido,
hagan justicia, vayan donde están las llagas
de la humanidad, donde hay tanto dolor (....)
De este modo, haciendo el bien, lavarás tu corazón».
Mientras más vacío está el corazón de la persona,
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